viernes, 5 de septiembre de 2014

El deseo

"El Buda enseñó que los deseos surgen de las sensaciones agradables, desagradables o neutras. Los deseos no son en sí mismos un problema y no se trata de bloquearlos. El problema está en el apego al resultado, al aferramiento a la idea de que si logramos separar lo que nos desagrada y obtener lo que nos gusta, seremos felices. Hay deseos sanos y deseos insanos, pero aunque el anhelo surja de un deseo noble, el anhelo mismo terminará por convertirse en prisión y generar sufrimiento. Cuando no obteneos lo que queremos y nos toca estar en presencia de lo que nos desagrada, el apego viene acompañado de ansiedad, desesperación, angustia, malestar, impaciencia, obsesión, autorecriminación y victimización entre otras emociones negativas y autodestructivas,.
Cuando no producimos apego a los deseos, rompemos el ciclo de muerte y nacimiento (samsara). Si observamos los deseos sin perseguir ni rechazar un resultado, estos pueden ser poderosas herramientas para romper el encadenamiento al sufrimiento. Ahí están las claves del yo que hemos construido a partir de nuestras ideas de bueno y malo, la mente dualista que fracciona la realidad".